Memorias de un jubilado – 08
La huelga de la Católica
Eran las tres de la mañana del
jueves 29 de junio de 1972, cuando decidí retirarme de la reunión en la planta
baja de la Universidad Católica, para descansar un rato en el sitio que me
habían asignado, la Secretaría General, se debían custodiar todos los
documentos de la Universidad, nadie podía tocar nada, la consigna era entregar
las instalaciones exactamente como las habíamos encontrado, me acomodé en uno
de los escritorios, pero era imposible dormir, se temía un desalojo en
cualquier momento, los dirigentes estudiantiles comandados por Carlos Gutiérrez
Villamar conocían que el Arzobispo de Guayaquil Monseñor Bernardino Echeverría, podía
solicitar la intervención de la policía en cualquier momento, para liberar los
predios universitarios que habían sido tomados por los estudiantes y se especulaba que la mejor hora para
hacerlo, era antes de que amanezca.
El ambiente era pesado, lo que
estaba sucediendo resultaba inexplicable considerando los antecedentes
universitarios. Paros y huelgas en la Estatal, o en la Central de Quito, eran
comunes en esa época, a nadie llamaba la atención, pero en la Católica de
Guayaquil, resultaba algo extraordinario, esa noche no pasó nada, ni tampoco en
las siguientes noches. En la mañana me fui a Urdesa, necesitaba un baño de agua fría, vivía como
pensionista en la casa de la Sra. Julia, en Bálsamos y la Quinta, enseguida me
avisaron:
–Javier, tienes que llamar a
Machala enseguida, tus padres quieren hablar contigo–
Sabía que no sería nada bueno,
dadas las circunstancias, y me comuniqué con un cierto temor.
Mi padre me dijo –Javier, es
cierto que estás metido en esa huelga de la Universidad? –
–Si Papi, los pedidos de los
estudiantes son justos y considero que se pueden conseguir, ya es hora de que
la Universidad cambie–
–Te vienes a Machala
inmediatamente, si no estás estudiando, te vienes a trabajar–
El espíritu revolucionario se fue
a los suelos en ese instante, toda la influencia del Movimiento de París de
mayo de 1968, de la Primavera de Praga, de la marcha sobre Washington, del
Festival de Woodstock y el Movimiento hippie protestando contra la guerra de
Vietnam, se terminaron, tenía que obedecer a mi Padre, y cambié las consignas
estudiantiles por el trabajo como
ayudante en la construcción de un muro de hormigón ciclópeo en el malecón de
Puerto Bolívar, junto a Autoridad Portuaria.
–El fuerte olor del lodo en la baja marea con el
sol inclemente del mediodía, sustituyó al sutil aroma de la revolución estudiantil–
Habíamos iniciado el Quinto Curso
en el San José-La Salle y empezaron a llegar noticias de la vieja Europa de un
movimiento estudiantil en París de 1968,
en la Universidad de Nanterre, habían sido apresados ocho estudiantes, entre
ellos “Dany el Rojo”, sus proclamas de disconformidad y rebeldía contra la
sociedad de consumo, prendieron una llama inesperada. El 3 de mayo de 1968
debían ser juzgados por el comité universitario de disciplina, pero ese día los
estudiantes se reunieron en la Plaza de la Sorbona y cambió la historia, los
enfrentamientos con la policía fueron inmediatos, las organizaciones obreras se
movilizaron, una huelga general fue acogida por nueve millones de trabajadores,
y en una semana se paralizó totalmente el transporte público, los aeropuertos,
la industria y el comercio. El presidente Charles De Gaulle no pudo manejar la
situación y, –a pesar de que, nunca se llegó a plantear la toma del poder, ni
una insurrección abierta contra el estado– se vio obligado a convocar a
elecciones para 40 días después.
Durante dos meses, mayo y junio
de 1968, cambió Francia y el movimiento se extendió por todo el mundo, y allí,
en las calles de París, en las paredes, quedaron pintadas las frases que
inspiraron este movimiento:
–“La barricada cierra la calle
pero abre el camino” –
–“Sean realistas pidan lo
imposible” –
–“Prohibido prohibir” –
–“Bajo la civilización, la playa”
– al sacar los adoquines de las calles para hacer barricadas y encontrar una
gruesa capa de arena.
En ese entonces Jim Morrison (The Doors) cantaba con furia irreverente
–“We want the world and we want it now”
– (“Queremos
el mundo y lo queremos ahora”), en la famosa “When the music’s over” –que sigo escuchando en la actualidad,
cuando pongo en mi carro el CD de rock clásico en mp3–. Fue encontrado muerto
en la bañera de su departamento en el barrio Le Marais, París, en donde se
había radicado ante el riesgo de ser condenado a prisión por los incidentes del
concierto en Miami, abandonando la música para dedicarse solamente a la poesía.
Era julio de 1971 y tenía sólo 27 años cuando murió, fue una víctima de las
drogas. Para un universitario seguidor de la música de The Doors, resultó
impactante la noticia.
Cerca de allí, el pueblo checo
intentaba modificar los aspectos totalitarios que el régimen soviético imponía
en sus países satélites, buscando un “socialismo con rostro humano” que permita
la existencia de partidos políticos, que promueva la libertad de prensa, la
libertad de expresión. El mismo jefe de gobierno Alexander Dubcek empezó las
reformas, sin preguntar a los soviéticos, un proceso que fue conocido en el
mundo entero como la “Primavera de
Praga”. En agosto de 1968 la URSS y
las tropas del Pacto de Varsovia, respondieron a esta iniciativa, invadiendo
Checoslovaquia, 500.000 soldados, 2.300 tanques y 700 aviones, aplicaron la
Doctrina Brézhnev que permitía el uso de la fuerza militar en sus estados
satélites.
–El otoño llegó... la Primavera fue sepultada–
Las tropas, en número de 180.000
soldados, se quedaron hasta la disolución del imperio soviético y del Pacto de
Varsovia. Años más tarde, en la década de los 80’, con Mijaíl Gorbachov en el
poder, la “Doctrina Brézhnev” fue reemplaza por la “Doctrina Sinatra” –cada país podría hacerlo a su manera, como
en la canción de Sinatra “My Way”–
“I have a dream” pronunció Martin Luther King Jr., en su histórico
discurso ante más de 200.000 personas, frente al Monumento a Lincoln, en
Washington DC, defendiendo la armonía racial, en agosto de 1963, ayudando a la
aprobación de la Ley de los derechos Civiles en 1964, y a la Ley del Derecho al
voto, en 1965, y participando como activista en numerosas protestas contra la
Guerra de Vietnam. Recibió el Premio Nobel de la Paz en 1964, y el 4 de abril
de 1968 fue asesinado.
El 27 de enero de 1973 se firmaron
los Acuerdos de Paz en París,
suponían el alto al fuego, la retirada de los estadounidenses en 60 días, a
cambio, la celebración de elecciones en el Sur y el intercambio de prisioneros.
Estos acuerdos suponían para Estados Unidos un respiro por la gran tensión que
se vivía en el país, ante el fracaso de la Guerra
de Vietnam, pero la guerra continuó para los vietnamitas hasta 1975.
El Festival de Woodstock de
agosto de 1969 se convirtió en el ícono de una generación de estadounidenses
hastiada de las guerras y que propagaba la paz y el amor como forma de vida,
gran parte de los asistentes eran hippies que estaban en contra de la guerra de
Vietnam. Jimi Hendrix tocó el himno de
los Estados Unidos solamente con su guitarra eléctrica, hecho inédito en la
historia de ese país, como protesta por los comportamientos bélicos del
gobierno. Un año después, el 18 de septiembre de 1970, Jimi Hendrix, murió en
Londres, tenía solamente 27 años, y fue otra víctima de las drogas. Y fue otra
noticia impactante, sólo nos quedaban sus discos.
Al análisis de estos antecedentes, resulta comprensible que los estudiantes
de la Universidad Católica, a mediados de 1970, –justo el año en que
ingresé a la Universidad– obtuvieran
un consenso con las autoridades para la conformación de un organismo
estudiantil de cogobierno, y luego de obtener la aprobación del Estatuto de la Federación
de Estudiantes de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, el 4 de
diciembre de 1970 se realizaran las primeras elecciones, y el 11 de diciembre
la posesión de los dirigentes ante las autoridades.
El primer Presidente de la Federación fue Nicolás Issa Obando, 1970-1971, y
luego, Carlos Gutiérrez Villamar, a quien le correspondió liderar la huelga de 1972, que tuvo como puntos
básicos, los siguientes:
1.- Terminar con la potestad de la iglesia o sus representantes, para
nombrar al Rector de la Universidad. 2.- Terminar con la segregación en los
nombramientos de profesores, por su ideología política o por su práctica
religiosa. 3.- Terminar con la organización administrativa de la Universidad, permitiendo
que los representantes estudiantiles integren los Consejos Directivos de las
Facultades y el Consejo Universitario.
No fue fácil pero se consiguió todo (“Sean realistas pidan lo
imposible” París de 1968), después de cinco meses de huelga, y gracias al
espíritu idealista de los estudiantes y a su decisión de no claudicar, y la
Universidad Católica de Guayaquil cambió para siempre, y nunca más se ha
repetido una acción de huelga como la que se vivió en 1972.
Hace pocos días volví a la Universidad Católica y entré a la Secretaría
General –ya no era la misma del 72’– solicité información sobre la huelga y
expliqué que pensaba escribir en mi blog “Memorias de un jubilado” sobre este
hecho que cambió definitivamente a la Universidad Católica, nadie me pudo dar
información, no hay nada escrito me dijeron, –o aún es material
clasificado pese a que han pasado más de 40 años– y lo único que obtuve fue que el Secretario
General de la Universidad, Ab. Guillermo Villacrés, me reciba. Fue cordial la
conversación pero imprecisa en cuanto a los motivos y resultados de la huelga,
le comenté que había estado involucrado hasta que debí seguir otro camino en
Puerto Bolívar, en el trabajo que me consiguió mi padre en la construcción del
muro de hormigón ciclópeo. Él me dijo:
–Me hubiera gustado felicitar a su Padre–
Con quien si pude obtener
información que confirme mis recuerdos, fue con Carlos Gutiérrez Villamar, el
Presidente de la Federación de Estudiantes de la Católica en esa época, no nos
conocemos, pero recordamos el idealismo revolucionario de los universitarios, y
pudimos evocar los logros obtenidos por los estudiantes.
En la página web de la Federación
de Estudiantes de la Universidad Católica de Guayaquil se encuentra la
publicidad sobre la carrera 5K “Dog running” (corre con tu perro) o sobre el
casting para elegir a la chica Cosmo 2013. En otras páginas se encuentran datos
sobre la Novatada 2013, incluyendo videos sobre perreo, camisetas mojadas con
cerveza y senos al descubierto, pero
lamentablemente no he podido encontrar datos sobre la huelga de 1972 que cambió
la historia de la Católica, pero que, en los actuales momentos, parecería que
nunca sucedió.
Cuando llegué a Machala, los primeros días de julio de 1972, sentía una
extraña sensación por abandonar una causa que en ese tiempo se consideró justa,
y que desde luego afectó, a las autoridades de la iglesia que conformaban el
Cuerpo Gubernativo de la Universidad, pero el trabajo aplacó al sentimiento,
pues se trataba de una práctica para mi carrera que debía aprovechar, y el
hecho de volver a mi casa, con mi familia, y a la calle con mis amigos, mitigó
cualquier espíritu revolucionario que hubiera podido existir.
El movimiento de París de 1968,
la Primavera de Praga, el movimiento hippie contra la guerra de Vietnam,
ejercieron una poderosa influencia en los jóvenes de esa época, las imágenes
cinematográficas de cada uno de estos acontecimientos perduran en el tiempo, y
me entusiasman cada vez que las veo, pero la practicidad de lo cuotidiano se
impone en los diferentes aspectos de la vida, y por eso volví a la universidad
cuando terminó la huelga para seguir con mi carrera de Ingeniería Civil y para
seguir con mi vida, dejando algunos idealismos revolucionarios a un costado del
camino, retirando de la pared de mi cuarto el poster del Che Guevara, para tirarlo
al tacho de la basura antes de volver a Guayaquil, y dejando solamente el poster
de Jane Fonda desnuda, sentada en una playa solitaria esperando mi regreso.
*Algunos
datos han sido confirmados con Wikipedia y con el libro “50 historias” de Jorge
Ortiz.
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